La variante soterrada del Topo, en Donostia-San Sebastián, alcanzó el pasado 2 de septiembre un nuevo hito con la unión de dos frentes de obra: el túnel de línea excavado desde Miraconcha y el realizado desde la avenida Zarautz. La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno vasco, Arantxa Tapia; el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano; el alcalde de Donostia, Eneko Goia; el viceconsejero de Infraestructuras y Transportes, Antonio Aiz, y el director general de ETS, Aitor Garitano, fueron testigos del momento en el que la rozadora, procedente de Pío Baroja, derribó el último tramo de roca y se asomó a la caverna que alojará la futura estación de Bentaberri.
Este cale certifica el avance de los trabajos que llevarán el suburbano al Antiguo, Centro-La Concha y acabarán con el fondo de saco de la terminal actual de Easo, convirtiéndola en una estación pasante subterránea.

En próximas fechas se acometerá la excavación del túnel de línea desde la rampa de ataque de Pío Baroja en dirección a la futura estación de Centro-La Cocha; donde en la actualidad se está trabajando a cielo abierto en la calle Easo en una de sus bocas de acceso. Los trabajos de pilotaje avanzan a buen ritmo y se prevé que para Navidades puedan completarse.
La variante ferroviaria Lugaritz-Easo tiene una longitud de 4,2 kilómetros y un presupuesto global de 180 millones, financiados íntegramente por el Gobierno vasco. Plantea tres nuevas estaciones: Bentaberri-Antiguo, Centro-La Concha y Easo-Amara, que sustituye a la actual. Todas ellas tendrán un estilo moderno, limpio y funcional, siguiendo el diseño implantado en Intxaurrondo y Altza.