CIC energiGUNE, centro miembro de BRTA, ha cumplido 10 años de existencia posicionado como uno de los principales referentes internacionales en el ámbito de las baterías de estado sólido y convertido en la gran referencia del sur de Europa en almacenamiento de energía.

Los datos recogidos en estos diez años demuestran que la actividad del centro ha crecido exponencialmente, hasta alcanzar una inversión acumulada de 75 millones en 2021. Además, el centro ha participado en más de 200 proyectos de I+D, de los que 32 son europeos, y se han generado más de 100 proyectos de transferencia en colaboración con la industria. A nivel de plantilla, actualmente 150 personas trabajan en las instalaciones del Parque Tecnológico de Álava, de 18 nacionalidades diferentes.
“No es nada fácil pasar de ser poco más que una idea en un ‘powerpoint’ a ser un centro de referencia reconocido a nivel mundial en un periodo de tiempo tan corto”, señala la directora general, Nuria Gisbert. “Eso demuestra que en CIC energiGUNE tenemos los recursos, la capacidad, la disposición y el talento necesarios para afrontar los retos globales desde una perspectiva integral. Estos diez años nos han dado la consistencia suficiente para poder afrontar los retos inmediatos con la máxima garantía de éxito”, asegura.
Dos nuevas ‘spin-off’
Entre la actividad del centro, destaca el lanzamiento de su primera ‘spin-off’, Bcare, en 2018 y que ya tiene un posicionamiento destacado en la oferta de productos y servicios en el campo de las baterías, y de su segunda ‘spin-off’, ‘’BasqueVolt’’ para la puesta en marcha de una gigafactoría en Euskadi de celdas de estado sólido. También se enmarca en este contexto la decisión de impulsar un área orientada al hidrógeno verde, que coloque a CIC energiGUNE en el grupo de vanguardia del desarrollo de esta tecnología.

En 2021, la actividad investigadora del centro aportó alrededor de 120 nuevas publicaciones, con lo que se alcanza un acumulado de más de 700, y se depositaron cuatro patentes. Asimismo, durante el año pasado se emprendieron diferentes proyectos de impacto como ‘HI4S’. A través de esta iniciativa se ejecutará la construcción de una planta de producción combinada de calor y electricidad para que la siderurgia pueda reutilizar el calor residual contenido en los humos de un horno de arco eléctrico. Esta iniciativa, financiada con 1,5 millones de euros por la Unión Europea, contempla la instalación de un prototipo en la planta de ArcelorMittal de Sestao.
Aunque aprobados en 2020, otros dos proyectos europeos se pusieron en marcha el año pasado, como ‘Electro-Intrusión’ para recuperar el calor ambiental y las vibraciones generadas por vehículos o aparatos para transformarlos en electricidad útil, y ‘e-Prot’, que busca desarrollar las capacidades conductoras de las proteínas como alternativa sostenible a las tecnologías electrónicas tradicionales.