Junto a los factores externos, el segmento automovilístico vasco posee elementos propios, señas de identidad que explican su papel preponderante en todo el mundo y su trayectoria positiva. En primer lugar, un gran nivel de calidad, eficacia y eficiencia, además de disponer de una importante cadena de valor en la investigación y fabricación de productos en cualquier material y con cualquier proceso. Y, junto a ellos dos grandes fabricantes como Mercedes Benz, en Vitoria-Gasteiz, y el Grupo Irizar, referente mundial en la fabricación de autobuses y autocares de alta gama.
También destaca su alto grado de internacionalización, con más de 250 plantas productivas en 29 países, además de contar con más de una treintena de multinacionales del sector afincadas en Euskadi. La I+D+i es otro de los rasgos distintivos de las empresas vascas del motor, invirtiendo una media cercana al 3% de su facturación (que llega incluso al 7% en grandes grupos empresariales y filiales multinacionales) y con más de 3.000 personas dedicadas a esta labor.
Sin olvidar la colaboración de las instituciones públicas para mejorar el sector de la automoción en el País Vasco –un ejemplo es el Automotive Intelligence Center (AIC)–, y la formación, un aspecto relevante para contar con personas cualificadas y competitivas que aporten valor y conocimiento.
Y, por supuesto, la Agrupación Clúster de Industrias de Componentes de Automoción de Euskadi (Acicae) , que ha tenido un papel clave en la relevancia estatal e internacional que ha adquirido el sector vasco del automóvil y las industrias auxiliares, y que pilota su presente para hacer frente a los retos del futuro.